Los vecinos del centro muy molestos por la suciedad y el ruido de las fiestas.

Hay un continuo rumor, que cada vez se escucha más y más alto por parte de los vecinos del centro de Alcalá, relacionado con las actividades públicas programadas para estas navidades en toda esa zona.

Lo primero es que nos comentan que las calles del centro se han convertido en verdaderos “meodromos” de la gente que va a las fiestas y que hacen sus necesidades entre los coches, en las esquinas, en los portales. “Una guarrería y un verdadero asco lo que nos encontramos por la mañana los vecinos”, nos comentan. Y no solo eso, un residente nos ha dicho que en su fachada  le han vomitado ya dos veces en estas fechas, “es algo asqueroso e insano, da asco salir a la calle tras una fiesta de las que organiza el ayuntamiento” nos dicen.

“El olor es nauseabundo, si los vemos y le decimos algo incluso nos amenazan y nos dicen que no pueden más y que eso es lo que hay” nos comenta también un matrimonio de avanzada edad. Los hay también con bastante arte, “no he visto más culos y bragas desde los paseos de la playa” nos dicen también con algo de sorna.

La verdad es que es un problema a tener en cuenta, lo primero es una falta de educación y una acción que según nuestras ordenanzas, te puede llevar a que te multen con hasta 300 euros, pero hasta el momento y pese a que es algo que ocurre muchísimo, en días señalados y en horas señaladas, no hay ni una sola denuncia y ni una sola actuación por parte de la policía ante este hecho sancionable.

Como intento de amortiguar esto, el ayuntamiento ha puesto urinarios públicos que, visto los resultados, son más que insuficientes para evitar esta guarrería.

Un poco de civismo y de educación serían dos acciones perfectas para evitar esta desagradable, insoluble y fea práctica de ir por la calle haciendo las necesidades.

Otra queja generalizada entre los vecinos es la del exceso de ruido de las actuaciones y lo tarde que terminan, “impiden nuestro derecho al descanso y somos ya personas muy mayores”, nos afirman que “a un matrimonio mayor y enfermo de la plazuela, tuvieron que llevárselos sus hijos por el estado de ansiedad por el ruido de la fiesta”.

Entendemos que son días de fiesta, para disfrutar y que seguro que si todos y todas ponemos de nuestra parte podemos llegar a tener una convivencia buena y los que quieran disfrutar que lo hagan de una forma cívica y los que no, pues que no se vean con sus derechos vulnerados. Seguro que entre todos podemos vivir mejor.

Igual puede ser un buen propósito ya para el próximo año, ser más buenas personas.

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