Habemus Papam
¡Por fin! Tenemos papa, y no es el temido «Pangolin» —nombre que parecía sacado de un informe epidemiológico— sino «Prevoste», que viene con el equipaje completo: las necesidades bien «atendidas» y los zapatos lustrosos. Enhorabuena a los premiados y a otra cosa, mariposa.
Hecho el chiste —malo por mi parte—, voy a hablar del próximo cónclave del PSOE, que será el día 14 de mayo en su sede.
Para asistir, necesitarán:
1. Un mapa (Mordor no aparece en Google Maps, pero la sede del PSOE sí).
2. Una brújula (la brújula moral la dejan en casa).
3. Un permiso de Isabel la Caótica para aparcar o mejor vayan en burro que abulta menos y es más sostenible.
La sede del PSOE fue cambiada porque la antigua era demasiado accesible; en esta nueva no se puede aparcar, y si se pudiera, tampoco podrían hacer ustedes mucho, ya que la mayoría de los días se encuentra cerrada a cal y canto.
Es una casa del pueblo, pero sin el pueblo, donde no se canta La Internacional; todo lo más se tararea y por lo bajini, que molesta a los vecinos.
Y es que les encanta jugar al despiste. Por ejemplo, el señor Delgado ha presentado el plan de reordenación de Malasmañanas en algún lugar indeterminado de Pablo VI; y el señor Delgado —o «Delegado», como pone en la nota publicada por el Ayuntamiento, demostrando así que no se saben ni el apellido de este muchacho— ha presentado el proyecto para que los vecinos de la calle Malasmañanas y comerciantes de la misma zona hagan sus propuestas.
Es decir, que tienen que atravesar el desierto, abrir las aguas y cruzar el Mar Rojo; y una vez allí, en Pablo VI, decir lo que quieran decir y volver a sus casas. Entiendo que el señor «Delegado» lo habrá petao —se habrá llenado aquello como el estadio de Wembley con un concierto de los Stones.
Pero volvamos a la asamblea extraordinaria del PSOE, para la que —ya sin bromas— arden los teléfonos, le duelen los pies a los emisarios —que son como el Cartero Real pero sin caballo—, que acuden de dos en dos como los Testigos de Jehová y que llaman a tu puerta para que apoyes a unos y a otros, recordándote algún favorcillo del pasado.
No habrá sorpresas; los estatutos del PSOE, que antes limitaban los mandatos, ahora no lo hacen. Y si había cierta posibilidad de cambio, lo siento mucho, señor Mora, pero lo veo de segundo, si no de tercero; y ya veremos si está o no está en alguna quiniela, porque se le está poniendo la cosa, a usted, muy cuesta arriba. Y eso pasa cuando no se sabe bien qué se quiere ser de mayor.
El cónclave socialista estará poco entretenido y con las intervenciones bien controladas; dirán a todo que sí y saldrán tan contentos a hacer alguna declaración. En definitiva, sin sorpresas.
Aún así, si quieren llegarse, pongan «Mordor» en el Google Maps y déjense llevar.
Detrás viene el del Partido Popular, del que ya hablaremos, y ahí si que está difícil aparcar.
Fernando Viera
