
A la Feria y Topalante.
Ya se juntan en las calles
con singular alegría
las flores, los abalorios,
los trajes, las bulerías,
las palmas, el taconeo,
y ese sol que calcina
¡Cuántas flores, cuánta vida!
Y no es lo mismo
lo de ayer,
que cabalgaba en el día
sin ver más, vida mía,
que el trabajo y su fatiga.
Un año más contigo
para abrazar la primavera,
a sus flores, a su río,
y gritarte ¡venga!,
que aquí están los amigos.
Y bailar, y el vino,
y risas por sevillanas,
y esa cuarta que no me sale,
y la jarana que no acaba.
— Que te he pisao, lo siento.
— ¿Qué esta cuá era? — La tercera.
— La del taconeo.
— La misma.
— Que esta es la última que bebo.
— Que es la última que bailo.
— Espérate una mijita,
que no te vayas tan rápido.
— Que hay un montón de amigos,
que Alcalá nos espera.
Que quedamos en la portada,
te llamo, me llamas.
Ya está, no te muevas,
que voy.
Y repetimos otro día,
y volvemos a empezar hoy.
Y las luces ya se encienden,
y el castillo nos vigila,
y he invitado al Dragón
y a mis primos y a mis primas.
Huele a pan, a flores y a alegría
al sonido del agua pasando por sus molinos,
se le añaden las palmas por sevillanas
Y si bonito de tarde, bonito es por la mañana
Bella incansable Alcalá de Guadaíra
cuando se hace la noche, se me hace más amada.
Acudo a tu real insomne y desahuciado.
Al acercarme a tu cariño
mi cuerpo se ha despertado.
Mis manos se preparan para bailar la primera
Para tomar rebujito y pinchitos de tortilla
Para saludar al amigo
Para pagar una ronda
Y para vivir contigo
Cada una de sus esquinas.
Que es la feria de Alcalá,
de Guadaíra y su alma entera.
Bienvenidos, bienvenidas,
que aquí nadie es de fuera.
Las casetas están abiertas,
los cacharritos relucen,
el albero bien pisado,
y el tiempo nos acompaña.
Mundo, yo te invito:
—¡A la feria del Guadaíra!