Crónica del 28

Crónica del 28

 

No soy muy de fiestas, entiéndanme, yo me reúno conmigo, básicamente porque soy cabrón asintomático, y por no contagiar a los demás, prefiero quedarme en casa, mientras asisto a las muestras fervorosas de candor etéreo, disfrazado de chirigota y, como no, de golpe de pecho mini-nacionalista irracional, que sólo busca el aplauso casposo de la medalla de Andalucía.

Siempre con todo el respeto.

Si les digo Casiana Muñoz Tuñón, no les dirá mucho, pero es astrofísica y su medalla de Andalucía vale lo mismo que la de Manu, Karina o María del Monte.

La caspa no se nos quita, que va, la caspa es perenne, es algo innato, somos casposos hasta decir “vale”; casposos y con muy mala “follá”, hay más caspa que con Franco, y ya es decir, y con esto de la modernidad y los artilugios, mañana asistimos a un concierto en directo de Lola Flores y Juanita Reina y nos quedamos igual.

Las letras de los carnavales son lo mismo, que bonito es Alcalá, no está falta de limpieza, ni de seguridad, que va, lo que está falta es de ópticas y optometristas.

Y todas las letras lo mismo, que cruz, nadie alza mucho la voz, que se pueden quedar sin subvención, los temas, los mismos, y con la excusa de la revisión de las letras, para que no sean machistas, se recuperan las tijeras de la censura, de tapadillo, y se corta porque se piensan que hay que cuidar la moralidad de un público que cada vez tiene la piel más finita.

¿Y con quién podían meterse?

Meterse, con Enrique Pavón, ahora que podéis, antes era más difícil, alguna letrilla por ahí, pero poco más, pero ahora que Isabel la Caótica le ha quitado el poder, y lo han arrinconado en su hermandad, ahora sí, ahora sin miedo.

Cría cuervos y tendrás muchos cuervos.

Recuerdo cuando las agrupaciones del carnaval no tenían tanto miedo, y se metían con Limones, le decían de todo menos guapo, y usted lector, dirá que soy un nostálgico, pues sí, a mi también me va la caspa.

Decía mi locutora de cabecera, Sonia Pantión, de abrir una sección en la radio para mandar letras y cuplés, que era mucho mejor que quejarse de mala manera, como hago yo.

Te aseguro que si las letras son anónimas, te puedes llevar un disgusto; aunque, desde luego, sería más divertido que usar las herramientas telemáticas que pone el Ayuntamiento al servicio del ciudadano; no sólo sería más divertido, sino que también sería más útil, porque la web del Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra es de todo menos intuitiva.

Ni mucho menos transparente.

En Alcalá somos de prosa de trazo grueso, por mucho que se quiera ocultar, hay un cabrón asintomático esperando un vientecillo libertario, para decir lo que verdaderamente quiere decir, sin jugarse el pan de sus hijos.

Es una peculiaridad nuestra, el chiste fácil, el que hace gracia, y no otro; el chiste, el humor, se hacen con libertad, y si un chiste no gusta, pues no gusta, “sosloquehay”, que dice mi amigo Tierno.

Nos cayó la de Dios es Cristo, llover llovió, pero las Asociaciones de Vecinos se llenaron, como debe de ser el 28, y se llenaron de socialistas y de andalucistas, los de Alcalá nos Importa y el concejal proscrito, también salieron, la cuadrilla del Niño de la Venia, si no los invitan no van, la excusa perfecta la lluvia y la falta de tacto, y por la parte de VOX, que sin Coros y Danzas, sin la Sección Femenina, pues se quedaron en casa de Loscertales para ver Raza en versión original con subtitulos.

Fernando Viera.

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