En España los chistes se hacen solos, algunos con más gracia que otros, he de confesar un secreto, tal y como están las cosas hoy en día, todo pasa por el amargo tamiz de la autocensura.
Yo me estoy acostumbrando a ir corrigiendo cada línea, porque hay pieles muy finas con la espada de un tal Damocles esperando a que meta la pata y el Ministerio de la Verdad me corte las alas del todo.
La mayoría de las veces, la foto que llevan los artículos de opinión se censuran, aunque confieso que luego se envían por otro lado y al final llegan a quien tiene que llegarle.
Pero miren, no es el caso, esta vez la dejo tal cual, como ejemplo de esa izquierda abnegada, de la clase trabajadora, o lo que quieran.
En ocasiones los “interfectos” estampados, parece que te miraran, como el que va a un zoológico y no sabe quién mira a quién, si el mono a ti o tú al mono.
Y cuando te miran 600.000 euros anuales reivindicando que la jornada laboral sea más corta y que les suban el sueldo, no puedo por más que acordarme de los ancestros de Don Ramón María del Valle Inclán, ante el advenimiento del “sudamericanismo” lleno de Tiranos Banderas, en esta tierra cuyo nombre se me está olvidando; regeneración democrática lo llaman, susto o muerte le dicen en Halowen.
Esos de la foto, que abrazan el “rojerío” como el que torea un quiste benigno, no son obreros, ni braceros del puerto, ni jornaleros de la fresa o la viña, esos que usted ve en la foto ganan, entre todos, 600000 euros al año, a otros le ha caído del cielo a su cabalgata 80.000 euros de vellón, para que cuando en su barrio en verano no haya luz o no haya agua, o se caiga a pedazos el ambulatorio no digan nada, otros colocan a la niña o al niño, anteponiendo la endogamia política al deseo de un mundo feliz, pleno empleo, pero para amigos y familiares.
Están pidiendo el 1 de Mayo, mejores condiciones laborales y salariales, ya saben quién paga ¿no?
Algunas de las cabezas que asoman, andan siempre enredando para ponerse delante, son eternos concejales que nunca fueron ni serán, otros que fueron y que ya no son, y otros que cayeron de pie, se pusieron por delante, y pasaron de paracaidistas a bultos y “bultas” sospechosos, que usan la política como entretenimiento.
Si algo queda claro de esta foto es que la política engorda, como atestigua la incipiente curva del bienestar que asoma tras la camiseta de Argentina, regalada por el mismísimo Milei, y que luce sin complejos el señor Mora, más conocido en los campos de futbol como “Dieguito”
Y no, no es la fiesta de la dieta precisamente.
¡Viva España o Apaña!
Fernando Viera