La nueva plaza de abastos. Otra “herencia maldita” de Limones a Ana Isabel Jiménez
El edificio que iba a reactivar el comercio en el centro sigue abandonado y destinado a sede de oficinas de la diputación

La nueva plaza de abastos. Otra “herencia maldita” de Limones a Ana Isabel Jiménez
“ La nueva Plaza de Abastos” de Alcalá de Guadaíra, un proyecto destinado a revitalizar el centro urbano, que se encuentra nuevamente en el centro de la polémica debido a su abandono y falta de actividad, a pesar de la significativa inversión pública realizada.
Una “herencia maldita” que asumía el gobierno de Ana Isabel Jiménez tras continuos fracasos en la gestión del mismo por parte del anterior alcalde Antonio Gutiérrez Limones que no fue capaz de entender las necesidades reales de inversión y cobertura a los empresarios que se interesaron.
El inmueble, conocido anteriormente como la «Plaza de Abastos La Plaza», ha pasado por varios intentos fallidos de gestión y reactivación que culminaron con su cierre y la posterior reorientación de su uso. Recientemente, el enfoque ha cambiado radicalmente, decidiéndose su cesión para albergar oficinas del OPAEF para la diputación.
La última gran reapertura bajo un nuevo modelo de gestión, orientado al ocio, la gastronomía y la cultura, se produjo en 2015 con la adjudicación a una empresa privada. Sin embargo, esta iniciativa no prosperó, llevando al Ayuntamiento a iniciar trámites para retirar la concesión en septiembre de 2019 debido al abandono y la falta de actividad en la mayoría de los puestos.
Hay que recordar que la inversión inicial en la remodelación superó los 2,04 millones de euros públicos y que la última empresa privada que tuvo la concesión mayoritaria de los puestos (alrededor del 83%) fue “Pan Pan Producciones”. Esta concesión se inició en 2015 y el Ayuntamiento inició el proceso para su rescisión en 2019 por incumplimiento y dejación de funciones, del que nada más ha trascendido.
El destino del edificio de la antigua Plaza de Abastos ha tomado un giro administrativo, tras los intentos fallidos como centro para pequeños comerciantes y el “error” de la concesión para la explotación del mismo. En 2022, se hizo pública la decisión del Ayuntamiento de ceder el edificio a la Diputación de Sevilla por un periodo de dos décadas para albergar las oficinas del Organismo Provincial de Asistencia Económica y Fiscal (OPAEF) de la Diputación de Sevilla, por lo que el Ayuntamiento percibirá un canon anual de unos 49.000 euros, aunque este pago no comenzaría hasta el año 2031. De momento las obras no han comenzado como pueden observar.
Este cambio de uso ha generado críticas por parte de grupos de la oposición y comerciantes, quienes reclaman que el edificio se destine a la finalidad con la que fue remodelado: reactivar el comercio en el centro de la localidad y lamentan el «regalo» del patrimonio municipal, ante lo que consideran una falta de ideas del Gobierno local para revitalizar la actividad comercial original.
Le dejamos fotografías del estado actual del inmueble ofrecidas por uno de nuestros lectores.




