A las cinco y media de la mañana, los cinco agentes que estaban involucrados en el grupo de estupefacientes fueron detenidos en sus hogares.
Desde temprano en la mañana de este martes, Elías Manuel Navarro Dorado, comisario jefe de la Policía Nacional en Alcalá de Guadaíra, recibió a todos los agentes que llegaban a trabajar. Todo el personal de la comisaría, incluidos los policías, fue cacheado. Las taquillas habían sido registradas y cerradas, y un grupo de personas desconocidas inspeccionó hasta el último rincón del edificio, que incluía el cuarto donde se guardaban objetos intervenidos, drogas y armas de diferentes operaciones. Un grupo de Asuntos Internos, especialmente de Madrid, estaba registrando toda la comisaría.
Los agentes de policía estaban obligados a dejar sus teléfonos celulares para que no pudieran comunicarse con nadie. El comisario les informó en un despacho que había una operación abierta. Los agentes de policía adquirieron poco a poco información, aunque limitada, pero al menos por casualidad se enteraron de que cinco de sus compañeros habían sido arrestados. Todos eran miembros de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la estación de policía.
Desde las cinco y media de la mañana, numerosos oficiales de Asuntos Internos y otros de la Udyco central visitaron los hogares de los cinco agentes policiales en Alcalá y otros lugares cercanos, incluyendo una parcela en el municipio de Utrera. La situación fue realista, ya que el helicóptero sobrevoló la región junto con efectivos de la UIP, patrulleros de Seguridad Ciudadana, Guías Caninos y agentes de Subsuelo. Los cinco oficiales que trabajaban en la lucha contra la droga en Alcalá de Guadaíra fueron arrestados y trasladados a diferentes centros policiales.
Durante la jornada de este martes, todo fue información cruzada, rumores, bulos y desinformación, y no se han difundido muchos detalles sobre la investigación. Se sabe con cierta credibilidad que están siendo investigados por su supuesta conexión con el tráfico de drogas, así como por la divulgación de información, el cobro de comidas y otros comportamientos irregulares. Todo bajo la presunción de inocencia, derecho que todos los ciudadanos tienen.
Después de que los agentes fueron arrestados, se llevó a cabo una acción policial y se detuvieron a treinta personas más, todas ellas relacionadas con el tráfico de drogas. Al menos 24 de estos arrestados civiles tienen antecedentes.
por varios delitos relacionados con la salud pública. Tanto en Alcalá como en otros municipios de la provincia de Sevilla, como Morón de la Frontera, Mairena del Alcor, Los Palacios o una finca del Nevero en Dos Hermanas, entre otros, se registraron 27 domicilios por parte de la policía. En Alcalá, la actividad se enfocó en el área de Rabesa, una de las más deprimidas del pueblo, donde se ubica la comisaría, así como en otras áreas como la barriada del Castillo, Cercadillos o la plaza de las Cortes.
Los registros incluyen armas y materiales como bombonas, cableados, conectores de luz y herramientas para el cultivo de marihuana. Si se incautó droga no ha trascendido. Durante el transcurso de la mañana, los agentes de investigación llevaban los objetos confiscados a la comisaría, mientras los periodistas vigilaban en el exterior.
La operación ha sido llevada a cabo en total discreción desde Madrid. Se conoce que los investigadores estaban siguiendo a los policías antidroga de Alcalá y a varios grupos de narcotraficantes del pueblo durante al menos tres meses.
Nadie en la comisaría, excepto el comisario y sus colaboradores más cercanos, lo sabía. Para una plantilla que jamás había sospechado lo más mínimo de sus compañeros, las detenciones han supuesto una auténtica conmoción. Además, el grupo Udyco de Alcalá tenía solo unos pocos años de actividad. Los oficiales de Asuntos Internos no solicitaron ayuda a la Udyco de Sevilla, ya que la mayoría de los oficiales no tenían conocimiento del operativo planeado, sino a una unidad central ubicada en la capital española. Durante estos tres meses, se han llevado a cabo escuchas, seguimientos y vigilancias de manera muy discreta.
Mientras tanto, hay una gran cantidad de personas que opinan que los sucesos ocurridos en el personal tienen una conexión directa con la disputa interna que ha afectado a esta comisaría desde la toma de posesión de Elías Manuel Navarro Dorado en febrero pasado. Desde entonces, 26 policías han renunciado debido a problemas de ansiedad y depresión, y quince han sido acusados de falsear las estadísticas. Desde entonces, se han iniciado numerosos procedimientos disciplinarios y los sindicatos han solicitado públicamente la salida del comisario en varias ocasiones. Se esperaba que se marchara como agregado de Interior a la Embajada de España en Senegal, pero antes de que se incorporara a su puesto, la operación antidroga había comenzado.
Operación en el vecindario de Rabesa.
En mayo, tan solo tres meses después de asumir el cargo, dos sindicatos expresaron su preocupación por la «caótica» situación en la comisaría de Alcalá. Desde su llegada, han ocurrido diversas bajas prolongadas. El Sindicato Unificado de Policía (SUP) afirmó en un comunicado que la inseguridad causada por el sistema de trabajo impuesto y el temor constante a ser expedientados disciplinariamente, a nuestro juicio de manera arbitraria e injustificada. La UFP se unió al día siguiente a esta postura.
Los padres que iban a recoger a sus hijos del colegio que está frente a la comisaría se encontraron con periodistas y policías en la puerta de la comisaría a las dos de la tarde de este martes. Algunos agentes llegaban con armas largas enfundadas, mientras que otros llegaban en patrulleros, y los periodistas entraban en vivo en los programas informativos o magazines matinales. Cuando el vuelo del helicóptero sobre el barrio de Rabesa despertó a un grupo de madres que se acercaron a la prensa para contar cómo había sido la operación desde primera hora de la mañana. Una de las mujeres expresó que era necesario que lo hicieran dos veces al mes, ya que Alcalá necesitaba una limpieza. Sin embargo, ella también propuso la conocida frase «esto debería hacerse dos veces al mes».
Fuente Diario de Sevilla