Limones pa los cubatas.
Ya hace tiempo de esta pintada en la Casa de la Juventud, y ha cambiado el cuento, mucho, yo diría que bastante.
Esta pintada tenía su guasa, era un tiempo en el que no había internet en todas las casas y Facebook era un sitio amable en el que exponías tus pequeñas mierdas al mundo, y como eran pequeñas, no se buscaba el like, ni la notoriedad, ni andar con el metro en la entrepierna para ver quién la tenía más grande.
Con el tiempo las pintadas se fueron endureciendo, en muchos casos eran los suyos los que las hacían, unos perfectos hijos de la gran puta que jamás darán la puta cara, y estoy siendo muy suave.
El primero en contar mierdas en Facebook fue un tal Alberto Jiménez Villanueva, que desapareció con un tiro de gracia el día que Isabel la Caótica tomó el mando del PSOE de Alcalá. Le dediqué unas palabras en mi blog publicado el 26 de diciembre de 2016.
https://www.blogger.com/blog/post/edit/5933713870118550157/7893492222530214479
Les dejo el enlace para que lo lean, si ustedes gustan.
Se levantaba el muchacho por las mañanas y, a las 8:30, como un clavo, se dedicaba a soltar mierda por internet, de sus propios compañeros de partido.
Y usted dirá: “¿Y tú con las gafas?”. Pues yo también, sólo que en mi caso lo hacía firmando con mi nombre y apellidos.
Las pintadas hacia Limones se volvieron más directas, menos graciosas, con más inquina y mala leche, pero no recuerdo que él se querellara con nadie, ni que hiciera buscar y anular a ningún perfil falso.
Todo lo contrario de lo de ahora. Eso sí, los perfiles falsos y la gente que insulta amparados en internet ya no tienen tan fácil esconderse, y es de agradecer algo de silencio, pero preocupa, y mucho, que la maquinaria del gobierno local disponga sus recursos para perseguir ciudadanos que los señalan con el dedo.
Y si lo hacen a título personal, yo digo “vale”. Pero si lo haces con los recursos del Ayuntamiento, te digo, como ciudadano, que hay cosas más importantes que perseguir a representantes de los trabajadores, concejales de la oposición y bocazas de medio pelo a los que les gusta ver el Sevilla.
No sólo eso, sino que, si se persigue a un perfil falso y se pone una denuncia con abogado y procurador, se hace perder el tiempo a su señoría, se usa la justicia en beneficio político y, en definitiva, se gastan recursos públicos en perseguir gilipollas. Eso, en sí mismo, son dos cosas: un delito y una pérdida de tiempo.
Es muy preocupante que los representantes del gobierno local practiquen ese asqueroso arte de amenazar a los que no piensan como ellos, o a los que les ponen la cara colorada, o a los que los denuncian en la fiscalía.
Piensen: a lo mejor es más fácil sacar a la gente de sus casas en plena noche y darles un tiro de gracia en la tapia del cementerio. Ya se hizo y dio resultado.
Los 64 contratos que benefician a las empresas de lo que la Señora del Pazo de Plaza del Duque llama “pareja sentimental”, van a seguir ahí. Las viviendas que no se hacen, van a seguir ahí. Beneficiar a empresas en las que participa el Concejal de Cultura, va a seguir ahí. Los familiares enchufados en empresas públicas, van a seguir ahí. El abandono de los polígonos industriales, va a seguir ahí. La inseguridad de nuestras calles, va a seguir ahí. Y el asunto de la Casa Ibarra, va a seguir ahí. Porque nosotros, a pesar de que nos miren mal, vamos a seguir ahí, contándolo.
La que no siguió fue la pintada de “Limones pa los cubatas”. Al alcalde le hizo gracia y mandó, según cuentan, que no la quitaran.
Tres meses después un responsable del Ayuntamiento la mandó borrar. Eran otros tiempos, mucho más amables, y los alcaldes estaban hechos de otra pasta.
Fernando Viera.
