Sé lo que hicisteis en el último recuento de avales
He echado en falta a algunas personas del Partido Popular

Sé lo que hicisteis en el último recuento de avales
He echado en falta a algunas personas del Partido Popular
Llámese Hornillos, llámese Esaú.
También eché en falta al resto de concejales, salvo a la señora Carrascosa, que actuó como secretaria de mesa para dar “fe” de lo que era un hecho. A pesar del calor.
Un 99 % de la votación. Tan solo un voto fue nulo porque ponía “Sandra” y no “Sandra González García”. O por lo que fuera. El caso es que se dieron a valer todos los apoyos que se habían estado trabajando, mientras sus opositores jugaban al teto, asistían a la catequesis, bailaban en la feria, ponían flores a la santa y rogaban a Dios en las alturas, y el equipo de gobierno los acompañaba a los saraos.
La política es bajar al barro y comer mierda. Es tener hambre y saciarse. Es echarle huevos. Es saber esperar.
Solo puedo decir que, con tanta venia y tanto paroxismo mariano, hay quien confunde la bechamel con la velocidad. Y con el tocino.
Alcalá no está en Facebook ni en Instagram con sonrisas Profident. Alcalá tiene gente que se levanta a trabajar todos los días y que ve, con frustración, cómo algunas opciones políticas solo sirven para hacerse fotos y poner el cazo.
Y además, Alcalá ve —con “desasociego”— cómo perdona muchas cosas para que nada cambie. No quiere ver, pero comprueba que el día a día no mejora, salvo el bolsillo del equipo de gobierno, que abulta más que el paquete de Toni Manero en Fiebre del sábado noche.
Los populares de Alcalá pedían cambios. Hartos de perder el tiempo bailándole el agua a los socialistas y, sobre todo, de comprobar que “con la venia” solo se llegaba a más de lo mismo.
Y así ha sido. De aquellos que parecían caídos en una marmita de pelotas de golf, se ha pasado a un partido de gente normal. Gente que quiere cambios. Que no se conforma con la venia. Que no se vende por consejeros de Aira o Vive.
Tampoco vale lo de contar bulos a cambio de un puestecito en la CEA. Aunque Roma no paga traidores, ni mucho menos torpezas, Por ejemplo.
Este medio no quiso hacerse eco de los rumores sobre la recogida de avales. Porque lo de la máquina del fango, es cosa de otros, nosotros somos más de esperar. Yo aprendí hace tiempo que, si uno es menos que cinco, las matemáticas cantan, y “cinco”, tiene muy mala rima.
No tenía sentido levantar un bulo sobre avales fuera de plazo, o 190 frente a 26, no tenía ningún sentido cuestionar una gestión propia de una organización, con unos estatutos y una forma de trabajar concreta, mientras otros recibían órdenes de quienes no tenían autoridad para darlas, nosotros hemos preferido respetar la gestión y opinar después.
Lo importante —y esto va para todos los grupos políticos— es saber dónde va mi dinero. Saber dónde está mi médico, mi luz, mi limpieza, mi metro, mi castillo, mi seguridad, mi tienda, mi pinar, mi río…
Ahora toca ir. De verdad. A los barrios. Al Castillo. A Rabesa, La Liebre, La Juncosa, Virgen del Águila, La Galbana, El Magistrado, San Rafael, El Eucaliptal, Jardín de Alcalá, El Nevero, La Lapilla, Pirotecnia, Las Encinas, Regidor, Puerta del Cura, El Recreo de San Antonio, Santa Genoveva, 1.º de Mayo, Malasmañanas, Pablo VI, Las Beatas, Centro, Los Pinos, Sevilla Golf… Y muchos más. Lo sé.
El caso, señora González García: muchas gracias por la “convidá”. Pero tenga en cuenta que votar con un solo nombre —aunque lo hagan todos los partidos— no es sinónimo de democracia, si se lo han aceptado así, tiene usted una responsabilidad doble, es decir, confían ciegamente en usted.
Le deseo suerte. Que le quiten lo bailao, pero nunca lo currao. Lo currao que duela. Han sido dos años de silencio. A ver por dónde nos sale ahora.
Diciendo lo que me da la gana. Y firmándolo. Desde que tengo uso de teclado.